El miedo a los truenos y relámpagos. Muchos niños se sienten indefensos y aterrorizados durante una tormenta, y los padres también pueden sentirse impotentes para aliviar esa ansiedad.
- Intervención:
Enseñarle a relajarse.
Desensibilizarse del miedo, identificando que aspectos son más terroríficos para el niño/a y explicándole y corrigiendo las ideas incorrectas sobre el tiempo. En momento en que haya tormenta realizar actividades divertidas (hacer un pastel) para que esté tranquilo/a.
Utilizar elogios por sus esfuerzos, por ejemplo, si el viento era su miedo, volar una cometa en un día de viento.
El miedo a la oscuridad varía de un niño/a a otro, un día puede preocuparse por los monstruos del armario, otro puede preocuparle un ladrón. Si se llevan con tacto y cuidado no afectara a la vida del niño/a.
- Intervención:
Discutir el miedo. Es bueno que lo reconozca (anímele a muestre lo que lo da miedo) y no hay que burlarse por ello ya que para él es muy real.
Tranquilizar al niño/a sobre la oscuridad, efectuando comprobaciones nocturnas de seguridad, e incluso añadir un piloto luminoso que le tranquilidad en caso pánico.
Darle recompensa especial cuando vaya desarrollando tolerancia a la oscuridad, por ejemplo llevarle al cine.